Edita: This Side Up en coedición con La Casa Encendida
Autores: Amaranta Ariño, Ángel González García, Valentín Roma y Juan Antonio Molina Foix
Formato: 20 x 26 cm
Extensión: 272 páginas
Encuadernación: Rústica con sobrecubierta
ISBN: 978-84-934916-9-7
PVP: 32 €
Distribuye: Distriforma
Monografía dedicada al diseñador y artista plástico Diego Lara, a raíz de la exposición en La Casa Encendida del 26 al 10 de junio de 2012.
Diego Lara (1946-1990) fue conocido en el mundo del arte como diseñador gráfico. Autodidacta, comenzó a trabajar en los primeros años setenta en los estudios de Aleph, Gestalt y Arquigraf. Realizó colecciones y cubiertas para Seix Barral, Siglo XXI, Fundamentos, Turner, Trece de nieve, Francisco Rivas Editor, Cátedra, Editora Nacional, Abril y Buades Editores, etc. Participó en la gestación de dos editoriales propias: La Fontana Literaria y Nostromo Editores. Además de estos trabajos editoriales, renovó el concepto gráfico del “catálogo de exposición” primero desde la Fundación Juan March de Madrid, donde fue responsable de su imagen y publicaciones entre 1977 y 1982, y, más tarde, desde Ediciones El Viso, donde Lara llegará a la madurez de su talento gráfico. Entre 1982 y 1986 realiza la imagen de Arco. Alcanza un gran prestigio con Poesía. Revista ilustrada de información poética, y con Buades. Periódico de arte. Asimismo desarrolla múltiples identidades gráficas, logotipos y material gráfico para galerías como Grupo Quince, Buades, Juana de Aizpuru, Soledad Lorenzo, La Cúpula, etc.
Paralelamente a esta actividad pública, Diego Lara desarrolló, en la intimidad y como si se tratase de una biografía privada, una obra plástica de pequeño formato. Fue un hábil dibujante y escritor. Dotado de un talento singular para las imágenes y la tipografía, le fascinaba el mundo impreso. En esa actividad plástica simultánea, trabajaba con los “mismos cortes de tijera” que en su trabajo como diseñador, por lo que la elección de la técnica del collage resulta casi necesaria y es predominante en su obra. Con las mismas imágenes que llenaban su mesa para los trabajos de encargo, podía diseñar una cubierta o hacer un collage. Be a Commercial Artist –ser un artista comercial– fue la fórmula que acuñó para resolver con ligereza e ironía el doble juego entre su actividad pública, la del diseñador gráfico y su actividad privada de artista plástico.